jueves, 20 de enero de 2011


Cómo llegó este relato a mí..? Que buena pregunta. Supongo que fué en un abrir y cerrar de ojos que no debía ser, otra explicación no tengo.

Estaba en el baño, lavandome la cara, mirandome al espejo. Tratando de contemplar y entender mi cara, mis cosas lindas y mis cosas feas; pensando porqué tengo esas manchitas que todos llaman pecas y cosas de esa índole.
Recuerdo que al terminar, me dispuse a preparar unos mates. A todo esto Juan estaba en la parte de arriba escuchando música y tocando el bajo, esperando por mí -y por mis mates, claro está- para zapar un rato.
Mientras el agua se calentaba el ambiente tomó una tonalidad que nunca antes había sentido: el aire estaba espeso, las cosas tenían un tono oscuro más oscuro que de costumbre y el tiempo parecía haberse detenido alrededor de las 2:45 am. Si mi memoria no me falla, revisé mi reloj unas cuantas veces y realmente, el tiempo estaba muerto. Fué en ese entonces cuando esta historia toma color -por muy paradojico que suene-; sentí algo, o sentí a alguien, aunque la planta baja de la casa (que es realmente enorme) estaba completamente vacía. Miré hacía afuera, tratando de encontrar la respuesta a esa sensación en la parte delantera del parque, pero lo único que conseguí fué impacientarme aún más.
Al cabo de un rato, el agua estaba lista. Y mi viaje recién estaba comenzando. Preparé el mate con cierto apuro y me dispuse a llevar todo para arriba. Ya a los primeros pasos esa sensación de que no estaba solo -en la parte baja de la casa- se hizo más y más fuerte. El breve pasillo que estaba atravezando para llegar a las escaleras de pronto se puso completamente negro. De las paredes emanaban unas figuras indescriptibles, así como del piso. Las puertas se abrían y cerraban acorde a mis pasos. Las fronteras visuales fueron desapareciendo conforme avanzaba y de un momento a otro me ví suspendido en un espacio que parecía haber salido de la nada.
-Será todo esto producto de mi imaginación? Fué lo primero que atiné a pensar.
-De ser así no sentirías este desconsuelo, me contestaron.
Acto seguido, decidí que lo mejor para mi sanidad mental, era no decir mas nada. Actuar en la medida de lo posible para salir de eso -no tengo mejor manera de llamarlo- y terminar con esto que ya era sufrimiento puro.
Con todas mis fuerzas ensayé unos pasos que distaban de ser siquiera humanos, pero me ayudaban a la hora de abrirme camino en esa habitación atemporal en la que estaba inmerso. Después de unos cuantos movimientos sentí que estaba llegando a un final, si es que ese final existía. (Efectivamente, para mí, el final había llegado.)
Me despojé de mis preocupaciones, de mis miedos y de mis incertidumbres. Entendí que esa habitación era mi propio espiritu y que esas figuras que me atemorizaban eran fantasmas del pasado que nunca quise enfrentar. Obviamente habían ansiado durante mucho tiempo con la idea de tenerme frente a sus rostros, para hacer lo que mejor sabían hacer: atemorizarme, robarme el sueño y la paz interior. Debo admitir que por un rato lo consiguieron, pero sólo un rato.
Una vez que entendí todo no quise despertarme. Hasta quise compartir unos mates con esas figuras que apenas unos minutos -minutos? quien sabe...- atrás habían llenado mi ser de pánico!
De Juan prácticamente no me acuerdo como tampoco me acuerdo de mí.






Hay que salir del agujero interior?
Mar

sábado, 8 de enero de 2011

LA ISLA EN EL ESPACIO

"Cherish every moment and spend it wisely, because time waits for no-one."

Una hora es una isla en el espacio
Suceden allí minutos, segundos también
instantes tán mínimos que no caben en reloj alguno

En uno de ellos se nace,
se muere.
En un segundo, una piedra arrojada
rompe un vidrio, en algunos más,
un caballo hace un recorrido de once vallas.
En una hora sucede un choque
en 12 y 63, alguien detona un artefacto explosivo
excusando una reivindicación absurda,
una mujer recuerda a su amor por última vez
o besa a su hijo.

Una abuela teje encrucijadas en los blandos puntos
de una madeja de lana,
Carlos gira la prensa para que alguien
lo reconozca en un grabado.
Se enciende una cocina, una luz,
un chico se arrepiente por enésima vez
de la antepenúltima mentira.

Alguien espera un regalo, una felicitación,
un padre estrecha a su hijo,
miserablemente un hombre revuelve basura,
se compra un kilo de pan.
Alguien arroja la infaltable promesa de no fumar
con la última colilla, Florencia pone una coma
y yo, un punto.

En una hora está la diversidad de lo venidero;
lo que no veremos nunca
o lo que viviremos para siempre.

Mr.Black


jueves, 6 de enero de 2011



Segun Ibsen, ocurrió en el siglo XVI
"Creo que sucedió ayer. Simplemente sucedió.
En una historia sin criados, sin salas espaciosas, había sí un león en la puerta con la infaltable argolla de bronce en la naríz.
Tiré de ella, la dejé caer.
Una criatura extraña me abrió la puerta, señaló una escalera. Acepté su invitación.
Subí por ella hasta lo que parecía un descanso. Desapareció todo, menos yo que me mantuve suspendido, espacialmente suspendido.
La criatura se mantenía de la misma manera que yo.
Extendió la mano y creo que nos perdimos en el espacio."

Este relato pertenece a su imaginación.
Sólo a su imaginación, quienquiera sea.


Adolfo Corba


ARENA,
y más arena,
y nada más que arena.

De arena el horizonte.
El destino de arena.
De arena los caminos.
El cansancio de arena.
De arena las palabras.
El silencio de arena.

Arena de los ojos con pupilas de arena.
Arena de las bocas con los labios de arena.
Arena de la sangre de las venas de arena.

Arena de la muerte...
De la muerte de arena.

¡Nada más que de arena!


Oliverio Girondo

El Imperio

Es tiempo de volver a casa,
Un imperio de calefones encendidos,
De lámparas ciegas, donde alguna vez soñé
Que todo era definitivamente nuestro.
Lejos de dioses olímpicos, de cielos irreales,
Algo quizás menos cotidiano que de costumbre,
Algo quizás menos de lo que se espera encontrar esperando.